La meva foto
Em diuen Carles Alòs i sóc un apàtrida. Aquest blog serà un viatge pels indrets més amagats de l'ànima, per les emocions més intenses i pel viure quotidià de cada dia. Agafen cadira i seguen, de la resta, jo m'encarregue,

dilluns, 28 de novembre del 2011

Jeroglífic.



Silba ahora que puedes;
 vendrán días en que no podrás silbar.
Yo me encargaré de que esos días lleguen.

 Luís Ocaña a Eddy Merckx.
París - Niza 1971

A I.S.M



La persiana tirada,
no era la teua companyonia.

La cridòria intercalada, 
les teues cames nues.

Tot el que viu.

Un oasi llunyà,
la silueta dels teus pits.
Una arracada penjava de les dents,
l'ajut inesperat, la corda mitjancera.

L'equilibri no és la meua prioritat,
pietosa dona.

Els meus dits et temptegen,
la teua oïda esmolada,
tobogans, faristols.

Les nits furioses, 
el nostre rostre petrificat.
Era allò l'eufòria ?
Un tatuatge auster, tots els teus tus.
Mercromina i conyac. Lletuga, una aixada.
El teu sexe xiula. Silencioses onades,
processons indolents.
El teu cabell m'arrapa els llavis.
T'he vist a l'aparador, aixeca els ulls, no t'atures.
No tanques la porta, mostra't.
Besos ferèstecs, una flama s'assabenta de qui som.
No faig tard, he arribat. No jutges la meua ira,
tens la pell tersa, els teus ulls em minen la veu.

Solitud i embriaguesa, cabòries. Tu.

La bala disparada, l'autumne dissecat.
Les paraules no creuades, dalles i turments.
Una rosa no birbada, la caixa extraviada.
Cada cop copsat, merles i aliacrans.

No saps el que viu.

T'estime, efímera.

Retalla tota la tela, no m'has deixa't parlar.
Les teues parpelles parlen. No ous el meu pit ?
Cada besada apagada, anagrama estèril.
M'has tret el taüt de la mànega.
Ser és qüestió de volença.
Cada vespre escadusser.

Tu, aquella.
La dona primerenca.

El jeroglífic.

Carles.A.2011

dimarts, 22 de novembre del 2011

Canción del pirata.



Con diez cañones por banda,
viento en popa, a toda vela,
no corta el mar, sino vuela
un velero bergantín.
Bajel pirata que llaman,                
por su bravura, el Temido,
en todo mar conocido
del uno al otro confín.

  La luna en el mar rïela,
en la lona gime el viento,               
y alza en blando movimiento
olas de plata y azul;
y ve el capitán pirata,
cantando alegre en la popa,
Asia a un lado, al otro Europa,          
y allá a su frente Stambul:

  «Navega, velero mío,
sin temor,
que ni enemigo navío
ni tormenta, ni bonanza                  
tu rumbo a torcer alcanza,
ni a sujetar tu valor.

  Veinte presas
hemos hecho
a despecho                               
del inglés,
y han rendido
sus pendones
cien naciones
a mis pies.                              

  Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.
                                         
  Allá muevan feroz guerra               
ciegos reyes
por un palmo más de tierra;
que yo tengo aquí por mío
cuanto abarca el mar bravío,
a quien nadie impuso leyes.              

  Y no hay playa,
sea cualquiera,
ni bandera
de  esplendor,
que no sienta                            
mi derecho
y dé pecho
a mi valor.

  Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,            
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.

  A la voz de «¡barco viene!»
es de ver
cómo vira y se previene                  
a todo trapo a escapar;
que yo soy el rey del mar,
y mi furia es de temer.

  En las presas
yo divido
lo cogido                                
por igual;
sólo quiero
por riqueza
la belleza
sin rival.                               

  Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.

  ¡Sentenciado estoy a muerte!           
Yo me río;
no me abandone la suerte,
y al mismo que me condena,
colgaré de alguna entena,
quizá en su propio navío.                

  Y si caigo,
¿qué es la vida?
Por perdida
ya la di,
cuando el yugo                           
del esclavo,
como un bravo,
sacudí.

  Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,              
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.

  Son mi música mejor
aquilones,
el estrépito y temblor                   
de los cables sacudidos,
del negro mar los bramidos
y el rugir de mis cañones.

  Y del trueno
al son violento,                         
y del viento
al rebramar,
yo me duermo
sosegado,
arrullado                                
por el mar.

  Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.» 
 
 
José de Espronceda. 
 

dissabte, 12 de novembre del 2011

Discoteca Guayaba.



Les baranes enceses, el vertigen.
El port de Càrcer era una travessia cap el cel.
Golafreria i incompostura. Una mà m'agafava les regnes.
Les cançons apreses. Les hores queien, vessant-se.
El ritme de les fades, semàfors i senyals. La nit.
Els dits teixits, els parabrises torts. Una canonada desencaixada.
Les ombres vacilants, Xàtiva i Alfarrasí. Ballàvem per por a morir.
Ritmes súbits, fum i discòrdia. La voràgine, el pacte.
Una nit, una altra; la matinada. Ocells turbulents, cotxes, ulleres.
Ho sentírem tot. Els cigars al nostre ajut, el sexe, la vida.
Els records fugisers, amics ... i amigues. El nostre criteri era l'embriaguesa.
És tant senzill estimar-te, ho recordes ? Croats del destí, aborígens.
Fòrem més que una colla. Ventalls i botelles, taurons, dofins, sénies.
Streptease, oàsis verges, barons aniquilats. La fúria quallada, queixals trepidants.
Una hora o un instant o una eternitat. Canals. Piteres i conys.
Déu salve a la dona.
La tornada exhausta, el son, el somni; la vigília.
Presoners de l'èxtasi de viure, tants sols un senyal,
una parada obligatòria.

Una cruïlla de destins.








Carles.A. 2011

La hoguera donde arde una



Fue el primero en acusarme de
Sin pruebas y quizá doliéndole, pero había los que
Ya se sabe en un pueblo perdido entre
El tiempo pesa inmóvil y sólo cada
Gentes que viven de telarañas, de lentas
Acaso tienen corazón pero cuando hablan es
¿De qué podía acusarme si solamente habíamos
Imposible que el mero despecho, después de aquella
(Tal vez la luna llena, la noche en que me llevó hasta
Morder en el amor no es tan extraño cuando se ha
Yo había gemido, sí, y en algún momento pude
Después no hablamos de eso, él parecía orgulloso de
Siempre parecen orgullosos si gemimos, pero entonces
¿Qué memoria diferente tendrá el odio que sigue al
Porque en esas noches nos queríamos más que si
Bajo la luna en las arenas enredados y oliendo a
(Lo habré mordido, sí, morder en el amor no es tan
Nunca me dijo nada, sólo atento a
Me perfumaba los senos con las hierbas que mi madre
y él, la alegría del tabaco en la barba, y tanta
Nunca llovió cuando bajábamos al río, pero a veces
Un pañuelo blanco y negro, me lo pasaba despacio mientras
Nos llamábamos con nombres de animales dulces, de árboles que echan
No había fin para ese interminable comienzo de cada
(Lo habré mordido mientras él clavado en mí me
Siempre en algún momento se mezclaban nuestras voces si
Podría haber durado como el cielo verde y duro encima de mis
¿Por qué, si abrazados sosteníamos el mundo contra
Hasta una noche, la recuerdo como un clavo en la boca, en que sentí
Oh la luna en su cara, esa muerta caricia sobre una piel que antes
¿Por qué se tambaleaba, por qué su cuerpo se vencía como si
-¿Estás enfermo? Tiéndete al abrigo, deja que te
Lo sentía temblar como de miedo o de bruma cuando me miró
Mis manos lo tejían otra vez buscando ese latido, ese tambor caliente y
Hasta el alba fui sombra fiel, y esperé que de nuevo
Pero vino otra luna y nos tocamos y comprendí que ya
Y él temblaba de cólera y me arrancó la blusa como
Lo ayudé, fui su perra, lamí el látigo esperando
Mentí el grito y el llanto como si de verdad su carne me
(No lo mordí ya más pero gemía y suplicaba para darle la
Pudo creer todavía, se alzó con la sonrisa del comienzo, cuando
Pero en la despedida tropezó y lo vi volverse, todo mueca y
Sola en mi casa esperé abrazada a mis rodillas hasta
El primero en acusarme fue
(Lo habré mordido, morder en el amor no es
Ahora ya sé que cuando llegue la mañana en que me
Le faltará valor para acercar la antorcha a los
Lo hará otro por él mientras desde su casa
La ventana entornada que da sobre la plaza donde
Miraré hasta el final esa ventana mientras
Lo morderé hasta el fin, morder en el amor no es tan.

Julio Cortázar. La vuelta al día en ochenta mundos.

divendres, 11 de novembre del 2011

Cullera.



Els bolquers a la taula. Presagis intrèpids. Silenci.
La platja sola, la teua pell o la seua. Insolències.
Un mirall i una pinta. Refrigeris.
La tardor no existeix. La fira nocturna, Cullera, Barcelona. Serps.
Una abraçada rompuda. El trist comiat. Tellines, escopinyes.
El sol entrava a casa, hereva d'un bast imperi, midons cobdiciosa.
Un petit apartament, la mar propera, fogueres, processons.
El foc rebifava. Contrades llunyanes, bells estels.
La Marina queda lluny, Dénia es percep, una vela, tripulants.
Migdiades escualides, palla, botons, la cremellera baixada. L'insomni.
Albalat, pedania de la mar, orxata i cordades. Algú sagnava.
Bastides grogues, una balança, un perfum. L'embriaguesa, el gust, l'aigua.


 Carles.A. 2011.

divendres, 4 de novembre del 2011

L'aniversari.


Com fou el dia del teu casament ?
Quina gran avinentesa !
Vestida de negre, agafada d'aquell gran braç.
La família més tremenda de tot el poble, ni més ni menys.
Aquell ball que no existí.
Coneixeres Alberto Moya García, aquell home tan tosc.
La taula parada, els comensals, el rector.
Una nit inoblidable, la felicitat austera. La guerra.
S'emportaren el teu germà a la carretera. No tornà.
Les albes líquides, la mort i el dolor.
Anades i vingudes a una trista València,
les nits sola, el jornal.

Avui és el teu aniversari,
escriuré un paperet amb el teu nom.

Ens recordarem.


T'estime uela Encarna

Carles.A.2011

dimarts, 1 de novembre del 2011

Hallazgo.



Desnuda y adherida a tu desnudez.
Mis pechos como hielos recién cortados,
en el agua plana de tu pecho.
Mis hombros abiertos bajo tus hombros.
Y tú, flotante en mi desnudez.

Alzaré los brazos y sostendré tu aire.

Podrás desceñir mi sueño
porque el cielo descansará en mi frente.
Afluentes de tus ríos serán mis ríos.
Navegaremos juntos, tú serás mi vela,
y yo te llevaré por mares escondidos.

¡Qué suprema efusión de geografías!

Tus manos sobre mis manos.
Tus ojos, aves de mi árbol,
en la yerba de mi cabeza.

Carmen Conde.