herradura púrpura, honrado velo.
Rompo todas las vendas,
cada hematoma relamido.
De pie ante los mares,
marchito y descompensado.
Cada encuentro huidizo,
cada lágrima que borra
tu límite.
Esto no es un poema de amor,
esto no es un año bisiesto;
encontrarás tu nombre
en cada pedazo mío.
En cada servilleta sucia,
en cada ofensa vertida.
Tu dedo serpentea,
un juego clandestino.
Estrechos pasadizos,
espuma en los costados.
Un hombre abandonado;
cada mirada vacía,
el azafrán en tus manos.
Mentiras, consejos,
pretextos inauditos.
El límite estrellado,
pan para el adviento.
Cada estrella azulada,
cada collar venenoso,
el veredicto huidizo,
las comas recostadas.
Es tu nombre el que miro,
tu cadencia me lleva,
tu cabello el que anda.
La suavidad de tus labios.
Carles.A. 2012.
Merci !
ResponEliminaMuy grande... como siempre... eres un poeta consagrado ya! Me ha encantado, en serio.
ResponEliminaGrácias, Miguel. Un abrazo !
ResponEliminaM´agrada molt aquest poema teu. Voldria que el comentarem al taller.Posa-l´hi.Ja m´he fet seguidor del teu bloc, pero te n´he de preguntar moltes coses. No m´aclarisc. Salut.
ResponEliminaMoltes gràcies, Josep ! Preguntam el que vulgues. Si vols enviar-me poemes teus pel correu envia-me'ls. Salut !
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