¡Oh mi yo! ¡Oh vida! De sus preguntas que vuelven, del interminable desfile de los desleales, de las ciudades llenas de necios, de mí mismo, que me reprocho siempre (pues ¿quién más necio que yo, ni más desleal?), de los ojos que en vano ansían la luz, de los objetos despreciables, de la lucha siempre renovada, de los malos resultados de todo, de las multitudes afanosas y sórdidas que me rodean, de los años vacíos e inútiles de los demás, yo entrelazado con los otros. La pregunta, ¡oh mi yo!, la pregunta triste vuelve: ¿qué de bueno hay en medio de estas cosas, oh mi yo, oh vida? Respuesta: Que estás aquí, que existe la vida y la identidad, que prosigue el poderoso drama y que tú puedes contribuir con un verso.
Whalt Whitman.
Oh capitán, mi capitán! La eterna cuestión de la identidad y del más infame de los hechos:amarse a sí mismo.
ResponEliminaYa tenemos un buen abanico de especimenes poéticos (tanto genios como fantasmas "del mar en el que se ahogan) aunuqe no sé yo si esos últimos se pueden llamar "poéticos" pero sí "especimenes". Las noches del jueves siempre traen casualidades, la vez pasada Rayuela y esta un poema inspirado en Whitman (con dedicatoria para el cumpleañero incluida)!
ResponEliminaJa ja, la verdad es que sí. Cada vez nos sentimos en el kaf más como en casa. Viva Whitman y Cortázar !
ResponElimina