Me faltan las palabras para definir
lo que fue mi abuelo en mi vida.
Como el golpe de una azada
lo que fue mi abuelo en mi vida.
Como el golpe de una azada
y el silbido de una hoz
mi abuelo fue mi corazón
mi aliento y mi dolor.
En la tierra está tu nombre y yo te sigo
presuroso, recordándote y orándote
como mi amigo y guardián.
No llores más por tus lamentos,
yo te escucho y te entiendo.
Vuela, sobrevuela, el horizonte.
Tus oidos son mi lanza
mis flechas tu corazón.
Está helando y yo te sigo en la tierra y en el cielo.
Las estrellas me sonríen
y yo juego y comparto tu corazón con mis designios.
Las flores se secan cuando tú no estás
y te llamo y te proclamo.
Perdóname por distinguirte con la medalla del dolor.
Alberto no te aflijas ni trastabilles en la oración.
Te ruego que no decaigas y sujetes mi razón.
mi aliento y mi dolor.
En la tierra está tu nombre y yo te sigo
presuroso, recordándote y orándote
como mi amigo y guardián.
No llores más por tus lamentos,
yo te escucho y te entiendo.
Vuela, sobrevuela, el horizonte.
Tus oidos son mi lanza
mis flechas tu corazón.
Está helando y yo te sigo en la tierra y en el cielo.
Las estrellas me sonríen
y yo juego y comparto tu corazón con mis designios.
Las flores se secan cuando tú no estás
y te llamo y te proclamo.
Perdóname por distinguirte con la medalla del dolor.
Alberto no te aflijas ni trastabilles en la oración.
Te ruego que no decaigas y sujetes mi razón.
Carles.A.2010
Cuando faltan palabras para definir, lo más bonito es lo que no se ha dicho en el poema
ResponEliminaPuede ser, pero antes que el silencio prefiero hacer una aproximación.
ResponElimina