Hay en ese extraño caos que llamamos la vida algunas
circunstancias y momentos absurdos en los cuales tomamos el universo todo por
una inmensa broma pesada, aunque no logremos percibir con claridad en qué
consiste su gracia y sospechemos que nosotros mismos somos las víctimas de la
burla. Sin embargo, nada nos desalienta, nada nos parece digno de disensión.
Engullimos todos los acontecimientos, todos los cultos, todas las creencias y
persuasiones, todas las cosas difíciles, visibles e invisibles, por indigestas
que sean, como un avestruz de estómago poderoso engulle balas y pedernales. En
cuanto a las dificultades y preocupaciones sin importancia, las perspectivas de
ruina imprevista, los riesgos de la vida y el cuerpo, todo eso, incluso la
muerte misma, nos parecen golpes ingeniosos y sin mala intención, alegres
puñetazos en los costados que nos da el invisible y misteriosos viejo bromista.
Esta especie de humorismo caprichoso de que hablo nos sobreviene sólo en
circunstancias de extrema aflicción, en medio de nuestra seriedad misma, de
modo que lo que poco antes parecía cosa de enorme importancia, al fin nos
parece sólo una parte de la burla universal. Nada puede engendrar este modo de
filosofía risueña y temeraria como los peligros de la caza de ballenas; y con
ella consideré yo entonces el viaje del Pequod y su meta,
la gran Ballena Blanca.
Herman Melville Moby Dick (1851)
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Benvingut al meu blog, seu i relaxa't. Puc preparar un café i intercanviar opinions.